martes, 22 de febrero de 2011

Tecnología y educación: cambiar pizarras o libros de textos por ordenadores por sí solo, no sirve.

Revisando mis suscripciones en Google Reader me encuentro estos días con diferentes post que tratan el fracaso de la aplicación de la tecnología a la educación; tal vez casualidad, tal vez actualidad ... la verdad es que todos inciden en que el cambio de paradigma debe ir más allá de aplicar los viejos métodos con un nuevo envoltorio (A. Sarbach). Me parece interesante la apuesta de Sarbach en lo referente a que "lo auténticamente motivador está en la capacidad de generar espacios de libertad y de decisión en la construcción de los aprendizajes", la apuesta por la inversión del proceso motivación - autonomía por autonomía-motivación; tambien Jordi Adell habla del tema en su post Digitalización de las aulas e innovación didáctica donde analiza las diversas causas del programa de digitalización de las aulas Educat 1 x 1 e incide en la idea de la necesidad de generar nuevas metodologías didácticas e ir más allá de una simple digitalización de las aulas (no es hacer lo mismo con nuevos medios, es aplicar las posibilidades de los medios a una nueva sociedad del conocimiento para educar para un futuro incierto y desconocido -pero seguro que brillante-).
En este mismo sentido EUDEC en su post Tecnología, factor humano y educación concluye de modo magistral: "El otro aspecto esencial de lo educativo tiene que ver con los procesos de aprendizaje. Lo vasto de la dimensión y complejidad de la construcción humana, de lo cultural, es tal, que indudablemente es necesario un entrenamiento prolongado e intensivo para llegar a poder desenvolverse en un entorno social en el que el conocimiento y su manejo es la herramienta por excelencia. Y es aquí donde las Tic’s, y especialmente la web 2.0, entran en acción como elementos que permiten aumentar exponencialmente las posibilidades del aprendiz de aprender, explorar, investigar, conectarse e interactuar (ver conectivismo), y en definitiva socializarse, como nunca antes habíamos conocido. Pero para llegar a este punto, previamente se ha tenido que dar un trabajo fundamental con los niños y jóvenes basado en: un acompañamiento afectivo-emocial, la escucha, el respeto a su individualidad, a su motivación intrínseca, el desarrollo de su autonomía, de su auto confianza, un trabajo basado en el principio de autoregulación (ver p. e. sobre el principio de autopoiesis del biólogo chileno Maturana, o los trabajos de B.J. Zimmerman). Sin un sustrato sólido de base humana, el resto de los esfuerzos resultarán baldíos o serán muy pobres. Por eso el uso por sí solo de la tecnología no aporta nada especial si no se da en un contexto rico de experiencia humana. Cambiar pizarras o libros de texto por ordenadores no sirve por sí solo".

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